Diversidad y cambio

La diversidad y el cambio son la único constante....

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Resiliencia

Resiliencia. La naturaleza nos muestra la capacidad de recuperarnos después de haber sido dañada o destruida. Siempre vemos cómo se esfuerza por sobrevivir: las pequeñas plantas y flores que surgen después de devastadoras inundaciones, los bosqu...

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La quietud de la naturaleza

En la quietud de la naturaleza he aprendido a escuchar mi voz interior, a seguir mi intuición y a explorar nuevos caminos. He aprendido que necesito sol, agua, aire limpio y que, en cierto modo, soy como un árbol: mi paso por la vida debe producir...

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Plantar semillas en el suelo

La belleza de cultivar el suelo. Es tan asombroso cómo crecen las plantas. La escuela no me ha enseñado a plantar árboles, vegetales o cultivos y hacer que nuestro planeta vuelva a ser verde....

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La naturaleza no se apresura

La naturaleza no se apresura pero todo lo logra....

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El arte de sanar

La naturaleza nos enseña el arte de curarnos y encontrar consuelo ante todos los problemas y proporciona el modelo relacionarnos pacíficamente con los demás. Sus leyes de interconexión, armonía, equilibrio, interdependencia y, sobre todo, unidad...

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Todo en la Tierra tiene su propósito

El ego humano tiende a pensar que las cosas de la naturaleza o son útiles para nosotros o son inútiles en general. Es una presunción bastante increíble. Observar verdaderamente la naturaleza nos enseña que todo en la Tierra tiene su propósito y...

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El pulso de la vida en tu ser y en tu cuerpo

De la Naturaleza puedes aprender a sentir el pulso de la vida en tu ser, en tu cuerpo. Puedes recordar y aprender cómo entrar en la danza sagrada de la creación que está sucediendo a tu alrededor, puedes aprender a tocar tu propio instrumento en l...

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La naturaleza es nuestra segunda madre

La naturaleza es la segunda madre de la que aprendo las lecciones de los cuatro elementos esenciales para la vida. El agua me enseña a calmarme y seguir adelante cuando encuentro obstáculos. El fuego me enseña a ser una estrella ardiente. La tierr...

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