La quietud de la naturaleza
En la quietud de la naturaleza he aprendido a escuchar mi voz interior, a seguir mi intuición y a explorar nuevos caminos. He aprendido que necesito sol, agua, aire limpio y que, en cierto modo, soy como un árbol: mi paso por la vida debe producir sombra y frutos. Pero sobre todo, la naturaleza me ha enseñado algo que nunca me dijeron en la escuela: que yo también soy parte de la naturaleza.