Dejar de vivir como turistas

Escucho un susurro en el viento. Camino sobre la vegetación sofocada en un terreno que alguna vez fue fértil. Vivimos en un hogar ruinoso rogando a sus habitantes que reconozcan el valor de sus tesoros, sufriendo pacientemente y esperando el cambio. Oh, cómo ignoramos las flores más suaves en las tormentas más poderosas; las verdades más poderosas de las formas más irónicas. Los seres humanos hemos contraatacado a la naturaleza —por desgracia, un autoataque ya que la naturaleza somos nosotros mismos—, eso no es difícil de decir. Al vivir como turistas, hemos olvidado el hecho de que nuestro único hogar no está asegurado.