Escucha vulnerable
Habiendo crecido en los valles del del Himalaya repletos de huertos de litchi, la vida ha estado llena de encuentros con habitantes de las montañas, cada uno con un fragmento diferente de mis antepasados. Hablo con ellos: con las polillas que se van a dormir antes del amanecer, con las abejas en constante búsqueda intrépida de dulzura, y con los árboles de litchi cuyas semillas ocupan espacio entre los pedazos de grava. Aprendí al hablar con estos antepasados no-humanos cómo descentrarme de la soberanía del hombre. Tuve que dejar de lado la idea de que mis antepasados podían enseñarme algo que los lichis y las abejas no podían. La naturaleza posibilita innumerables encuentros con la magia. La magia no nos saca de los ecosistemas, sino que nos arraiga más profundamente en ellos. ¿Cómo podemos iniciar un acto silencioso de escucha vulnerable con nuestros antepasados no-humanos?